Y AHORA ¿QUÉ HAGO?
A partir de aquí, vamos a analizar alguno de los pasos que podemos comenzar a realizar, teniendo en cuenta que es conveniente acudir a un especialista para la evaluación y toma de conciencia del problema por parte de tu hijo. Las pantallas por sí mismas no causan problemas, es la falta de educación en su uso lo que causa la adicción en los niños.
Es fundamental que el niño o adolescente reflexiona sobre sus intereses y sus prioridades, teniendo en cuenta que un objetivo prioritario es la recuperación del control del tiempo y la capacidad de decisión, ordenando las actividades en la vida diaria. Para lograrlo, los padres/madres deben establecer unas pautas claras en su uso. Poner límites, unos tiempos de uso de tablets, videojuegos, móviles y facilitar la realización de actividades en los niños como el deporte, juego al aire libre, talleres, etc.
Tal y como recalca Oscar González ante una adicción a las nuevas tecnologías, debemos volver a lo básico, a lo esencial:
• Gestionar de manera adecuada el tiempo, tanto de conexión como de otras actividades.
• Respetar los horarios (sobre todo el sueño y el descanso).
• No utilizar dispositivos mientras están realizando las tareas escolares (nada de redes, ni de WhatsApp).
• Fomentar la relaciones sociales "cara a cara" más allá del mundo Virtual.
• Sobre todo, debemos educar con nuestro ejemplo, así que los padres también deben moderar el uso de las tecnologías.
No podemos cortar de forma tajante el uso de la tecnología, pero sí debemos hacer que reduzcan el tiempo de exposición a las pantallas. Para muchas familias, esta es una situación difícil de abordar. Debemos entender que el niño o adolescente se enfadará por qué no tiene algo que quiere y en ese momento nada de lo que digas puede calmarlo. Se trata de no culpabilizar y buscar soluciones conjuntas. Aprender a tolerar la frustración y a controlar los impulsos es un aspecto esencial en la prevención de adicciones. Y en ese aprender a tolerar la frustración, la existencia de normas, límites y la gestión de las emociones son aspectos fundamentales.
Además, no podemos olvidarnos de que la prevención es fundamental, ya que cuando el problema está desarrollado es mucho más difícil darle solución. El acompañamiento por parte de la familia es esencial mediante la supervisión de las actividades de los niños adolescentes y el ejemplo que les damos.